Precios: la única verdad es la realidad

Que los precios se mueven es algo que no puede desmentir ni el Indec. Lo que está en entredicho ya no es la veracidad de sus números, sino la representatividad que hoy tiene el Indice de Precios al Consumidor como reflejo de la inflación en la Argentina.
En tiempos pasados (impugnados por las actuales autoridades por dar lugar a la especulación financiera mediante la difusión de cifras parciales), el organismo no tenía pruritos en mostrar los valores nominales de muchos de los bienes de consumo que medía. Hoy el Indec no solo se limita a reflejar solo las variaciones porcentuales, sino que ni siquiera consigna el aumento anual desagregado de todos los rubros del IPC. Y descarga las críticas a la escasa suba que registra la canasta básica de alimentos al hecho de que su base está hecha en australes de 1985, sin hacerse cargo de que se hizo poco para impedir que siga vigente. Otras brechas también dan pie al debate sobre los precios en la Argentina.
Hay rubros en los que los fabricantes declaran un aumento que duplica al que se consigna a nivel minorista, una distorsión que no tiene sentido. La construcción aumentó por encima de 24%, más del doble del IPC. Esta lectura disociada ya dejó atrás el beneficio que le dio al Gobierno en ahorro de deudas. Es hora de aceptar que la única verdad es la realidad.